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2ª Jornada de Simposium: Hacia una Medicina centrada en la comunidad para promover la salud

La imperiosa necesidad de abordar un enfoque más ecológico, holístico e integral para tratar el ámbito de la salud y la enfermedad, fue una de las conclusiones a las que se llegó en esta segunda jornada del 2do Simposium Internacional de Humanidades Médicas, desarrollado por el Centro de Humanidades Médicas de la Facultad de Medicina Clínica Alemana UDD  y el Departamento de Desarrollo Académico e Investigación de la Clínica Alemana de Santiago.

Una actividad que se transmitió 100% en línea a través de la plataforma zoom para profesionales de la salud, estudiantes de pregrado y posgrado y otros profesionales afines.

“Salud, ecología y bienestar en tiempos de Covid-19” fue el tema de hoy con la invitación a reflexionar sobre la necesaria incorporación del medio ambiente, tras una era del Antropoceno, centrada en el hombre con su lesivo accionar sobre el planeta. “Nos damos cuenta que es imposible separar al organismo vivo del medio ambiente, y queda claro que el ecosistema de la salud debe adoptar un enfoque de mayor respeto, valoración y conexión con este”, indicó en su saludo inicial Carla Benaglio, Vicedecana de Desarrollo de la Facultad de Medicina UDD y parte del equipo organizador.

“Un enfoque ecológico de la salud para el horizonte post pandémico” se tituló la charla que abrió la jornada y que ofrecieron los filósofos Laura Menatti, del CNRS Research Centre PASSAGES, de Burdeos (Francia) y Cristian Saborido, de la Universidad Nacional de Educación a Distancia UNED (España), para quienes desde la filosofía de la medicina y la filosofía ambiental, la propagación del coronavirus desafía las definiciones actuales de salud, sus conceptualizaciones y la gestión de la atención de la salud.

Ambos profesionales se unieron a trabajar tras la reciente publicación de Saborido, “Filosofía de la Medicina” (2020), que en uno de sus capítulos aborda precisamente los marcos ecológicos de la salud. Para Menatti, “tradicionalmente, la relación entre la salud y el medio ambiente se ha entendido en términos de enfrentarse a peligros potenciales externos (un 75% de las enfermedades infecciosas vienen del medio ambiente, por ejemplo). Y desde el origen del coronavirus se ha visto a este como portador de la enfermedad, lo que se conoce como zoonosis”. 

Según relataron, en 1979, Antonovsky acuñó el término salutogénico o promotor de la salud, enfoque que se centra en los recursos para la salud y los procesos de promoción de esta. “Como filósofos debemos comprender cómo estas nociones se relacionan. La adaptabilidad es un concepto que tomamos de la filosofía de la biología. Es la capacidad de adaptarse a cambios del medio ambiente sin poner en peligro su estructura en general”, indica Menatti, “una propiedad de los organismos individuales, pero también es algo colectivo, una adaptabilidad social”. El medio ambiente incluye lo patogénico y lo salutogénico. La medicina centrada en la sociedad plantearía medidas para promover la adaptabilidad social.

Esta dimensión cuestiona los enfoques individualistas y basados en la enfermedad de la medicina y dice que deberíamos centrarnos en los orígenes de la salud y el bienestar, enfatizando el poder de la prevención, la educación, por encima de los factores de riesgos. Por lo tanto, no sería tanto algo que afecta, sino que es un proceso dentro del medio ambiente.

“Es urgente exigir que la medicina esté centrada en la comunidad más que en el individuo. Quisiéramos defender que esta crisis COVID 19 es una oportunidad para revindicar a la medicina. Implementar medidas que puedan mejorar la salud ambiental. Promover estilos de vida saludable, medidas que hagan a las personas más resistentes a las enfermedades. Una medicina centrada en la comunidad para promover su adaptabilidad”, señalan los filósofos.

El enfoque del organismo como un ser relacional fue el punto de vista abordado por Arantza Etxeberria, de la Universidad del País Vasco (España), en su charla “Virus, patologías y vida: la normatividad de la salud y la enfermedad en un contexto relacional”, quien invitó a pensar en esta conexión. “Sugiero que ciencia y medicina vayan de lo individual a lo global y luego de lo global a lo individual”, enfatizó.

La filosofía de la enfermedad se ha centrado en el organismo, indicó Etxeberria, pero todo organismo es un ser relacional. “Cuando decimos organismo necesitamos pensar también en su relación con el medio ambiente y las distintas formas de organización de las partes de este organismo para su relación con el sistema”.

Salud y enfermedad no son situaciones estáticas, sino que procesos que pueden plantearse como trayectorias del desarrollo. Lo que es malo para el organismo puede ser visto como episodios de enfermedad y su recuperación, por ejemplo. “La enfermedad en gran medida tiene que ver con las condiciones sociales. Es imperante comprender que lo social afecta la enfermedad y salud de los individuos”.

En los últimos 150 años, la medicina le ha hecho la guerra a los gérmenes. Científicos como Pasteur comenzaron a desarrollar vacunas o antibióticos para prevenir las enfermedades infeccionas. Pero la guerra contra los microbios tiene muchas consecuencias. Después de la guerra, la ciencia y la medicina debieran considerar una posible colaboración, encontrar una manera de convivir juntas. A partir de estas perspectivas post Pasteur, los virus no son sólo amenazas, sino que los necesitamos; es importante explorar en cómo vivir juntos y que la enfermad también tenga una dimensión ecológica. Los antropólogos Bruno Latour y Donna Haraway, han enfatizado mucho en estos aspectos, recordó.

La tercera ponencia estuvo a cargo de Angela Biancofiore de la Universidad Paul-Valéry, Montpellier 3 (Francia), para quien aquellos que logran mantener una mente en paz nunca perderán su capacidad de sana relación con el medio ambiente.

Sobre la nueva ecología de la mente trató en su charla “Bienestar y meditación en tiempos de Covid-19”, en la que reforzó la idea de que la incertidumbre que enfrentamos puede ser una oportunidad colectiva de recuperar el aliento, sin el peso de la industria, para  abrirnos hacia la ética ecológica, no separados del medio ambiente. La maquinaria económica se enfrenta a una desaceleración. Este proceso nos llevará a estar más conectados con la naturaleza. Pero ¿Podemos imaginar e intentar algo distinto? ¿Estamos listo para la metamorfosis? ¿Cuáles son las posibilidades? ¿Qué es lo realmente significativo para nosotros?

“Construir una relación pacífica con la realidad no significa crear un océano de tranquilidad, sino abrazar y transformar la agitación interior”, señala Biancofiore. El encierro ha ejercido una influencia decisiva en nuestra vida, especialmente en nuestra interioridad. Gracias al silencio del mundo, pudimos escuchar dentro de nosotros “el sonido del llanto de la madre tierra” (en palabras del monje budista Thich Nhat Hanh).  Descubrimos nuestra necesidad de construir resiliencia (a nivel individual y social) nuestra necesidad de construir comunidades para enfrentar este momento histórico. Cada ser existe en relación a todo ecosistema.

Una nueva ecología de la mente a la que han hecho referencia el antropólogo Gregory Bateson, el biólogo chileno Fancisco Varela, el monje budista Thich Nhat Hanh, y la escritora y activista ambiental Joanna Macy. Un campo de estudios y prácticas que pretende construir una relación pacífica con la realidad e investiga los vínculos entre el yo, los demás y los ecosistemas.

La mente como ecosistema: surgen y desaparecen pensamientos, emociones, sensaciones, podemos utilizar las emociones desagradables y transformarlas como compost de materia orgánica. En cierto sentido, somos los “jardineros” de nuestra mente.

Contemplación y visualización  son prácticas que pueden producir efectos tremendamente positivos sobre nuestros cerebros. La meditación de la compasión tiene un poder muy importante.  La pandemia es una oportunidad para reflexionar sobre las relaciones entre lo humano y no humano. Hoy más que nunca podemos sentir el sufrimiento de todas las especies en amenaza de extinción.

El doctor Alejandro de Marinis, de la Facultad de Medicina Clínica Alemana Universidad del Desarrollo (Chile), expuso sobre sus vivencias de médico, a paciente afectado por el Covid-19. En su conmovedora narración acompañada de fotografías, transmitió cómo fue enfermarse en la pandemia y lo que significó enfrentar la enfermedad desde una situación de carencia y fragilidad mayor de lo habitual.

“Cuando el sistema falla, el personal de salud lo sostiene”, indicó reforzando que la relación terapéutica sí fue encontrada en los aspectos más humanos del sistema de salud. Muchos aspectos del cuidado y autocuidado se pierden en la enfermedad. Por eso la importancia de transmitir confianza y ser una persona humana antes que todo.

“Mis colegas también estaban muy afectados por la crisis. Una de las ventajas de ser médico, fue el tener conversaciones francas, hablar el mismo idioma, confiar en ellos plenamente. Me sentí agradecido, pero también muy triste y conmovido por la diferencia de trato cuando veía en la televisión cómo eran atendidos otros pacientes de COVID.

El día finalizó con la Cápsula humanística a cargo Rosa Walker, Especialista en Medicina Preventiva y Educación para la salud, Profesora Asistente adjunta  de la Facultad de Medicina, del Programa de Humanidades Médicas de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

“Experiencia del concurso de relatos e ilustración  2020: Déjame contarte del Programa de Humanidades médicas de la PUC”, fue el título de su presentación donde mostró la experiencia del concurso de relatos e ilustración, dirigido a trabajadores de la salud, acompañantes de enfermos, educadores de la salud y arte terapeutas. Los trabajos fueron reunidos en una publicación realizada en plataforma de autoedición.

Rosa Walker destacó los trabajos de poesía, recordando que de todas las artes es la que tiene la mayor capacidad para hacer una descarga emocional. Finalizó su charla, invitando a volver a leer clásicos como Shakespeare, dado que, como seres con luces y sombras que somos, podemos encontrar en muchas de sus obras la esencia de nuestra condición humana.

El 2do Simposium Internacional de Humanidades Médicas finalizará mañana Viernes 9 de octubre se abordará ¿Qué cuidado queremos para el futuro? Cuidado, tecnología y salud.

Para asistir hay que inscribirse previamente sin costo. El programa completo y la inscripción están disponible en https://humanidadesmedicas.udd.cl/